sábado, 28 de diciembre de 2013

EL DESLIGAMIENTO DE LA CONCIENCIA RESPECTO DEL OBJETO



Mediante el comprender nos liberamos de la dominación por lo inconsciente. El discípulo es enseñado cómo debe concentrarse sobre la Luz del recinto más interno y, con ello, soltarse de todos los
encadenamientos externos e internos. Su voluntad de vida es dirigida al estado de conciencia sin contenido que, no obstante, deja existir todos los contenidos. El Hui Ming King dice sobre el desligamiento:

"Un resplandor de Luz circunda el mundo del espíritu,
Se olvida uno a otro, quieto y puro, por completo potente y vacío.
Lo vacío es traslucido por el fulgor del Corazón del Cielo.
El agua de mar es lisa y refleja en su superficie la luna.
Las nubes se atenúan en el espacio azul.
Las montañas lucen claras.
La conciencia se disuelve en el contemplar.
El disco de la luna reposa solitario."

Esa característica de la consumación describe un estado anímico que quizás pueda designarse del mejor modo como una separación de la conciencia respecto del mundo y un retraimiento de la misma a un
punto por decir así extramundano. De tal modo, la conciencia está vacía y no-vacía. Ya no está más preocupada por las imágenes de las cosas, sencillamente las contiene. La anterior plenitud del mundo, inmediata y oprimente, por cierto nada ha perdido de su abundancia y su belleza, pero no domina más a la conciencia. Ha cesado la pretensión mágica de las cosas, pues se ha desenredado el primitivo entrelazamiento de la conciencia con el mundo. Lo inconsciente ya no es proyectado, por cuyo motivo es anulada la participation mystique original con las cosas. En consecuencia, la conciencia ya no está colmada de intenciones compulsivas.
                                  
                                                Del Libro:   El secreto de la flor de Oro
                                                      

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