viernes, 27 de marzo de 2015

HOY Y NO SIEMPRE!


En qué hemos convertido la vida en este planeta, en este mundo? y Con cuánta velocidad!
La vida humana, los valores, la honestidad, la moral, la compasión, el respeto, me parece recordar, eran importantes o por lo menos así parecía.
Tanto interés en programarnos desde bebés en la producción, en el conseguir unos objetivos que van desde el ser autónomos en el caminar, comer etc… hasta cargos de prestigio, títulos académicos, coches, casas, ropa, viajes. Nuestra vida se gesta solo y únicamente en el llegar a unas metas satisfactoriamente. Tal es la presión y fuerza  que lamentablemente  terminamos todos  pasando por el aro, cayendo y sobre todo creyendo de verdad que esto es vivir y que este es el objetivo principal de la vida.
 Esto provoca desigualdad, odios, envidias, rabias, injusticias, depresiones, etc… emociones y sentimientos que yo no considero ni buenos ni malos, pero si importantes de aceptar, reconocer y asimilar para que no se conviertan en una bomba de tiempo que podría estallar en cualquier lugar y  momento, con la consabida consecuencia  del perjudicar  a otros.
Esta es la realidad que hemos creado los humanos y que  aún seguimos creando. Lamentablemente los niños de hoy siguen esta misma dirección, son  pocos, los que con mayor conciencia de humanidad comunitaria se esfuerzan( porque es un gran esfuerzo, por no decir lucha), el no caer en este gran maremoto del que todos somos partícipes y del cual es tan difícil salir, y cuando digo salir me refiero a ser conscientes   de todos y cada uno de los actos, pensamientos, acciones y emociones que tengo para conmigo y para con los otros sin diferenciar si el otro es  persona, animal, vegetal o mineral.
En definitiva estoy convencida que en algún momento no muy lejano, todo esto  que está pasando, será el origen de una nueva cultura y que esta nueva cultura dará origen a su vez a seres con mayor humanidad. Sencillamente porque la realidad nos  está confirmando que hay que cambiar algunas bases fundamentales, ya que,  el mismo caos que hay en el mundo lo hay dentro de cada ser humano.

             Adriana Paola Boldrini Camponovo