-Yo era un desastre, en lo que se refiere a los trabajos de clase, y nadie sabía por qué - me contó-. En el colegio tenía problemas de aprendizaje, y todavía los tengo. Era totalmente incapaz de entender las matemáticas. Ahora mismo pasaría apuros si tuviese que recitar el abecedario hacia atrás.
Estuvo en un internado en Inglaterra y la experiencia le resultó profundamente frustrante. Me sentía excluido. Sufría. No sabía qué quería llegar a ser porque era un completo fracaso en cualquier cosa estrictamente teórica, y no tenía ningún otro punto de referencia.
Afortunadamente para Mick , provenía de una familia capaz de ver más allá de los límites de lo que enseñaban y evaluaban en las escuelas. Dentro de la familia todos entendían que el esplendor del éxito podía llegar de formas diferentes y que no ser muy bueno en matemáticas, o incapaz de recitar el abecedario hacia atrás, difícilmente condenaba a nadie a llevar una vida insignificante.
-Me dijo-Yo lo único que quería era darle palizas a la batería o a los cojines de las sillas. Eso no parece demasiado creativo. Es casi como -Bueno, cualquiera puede hacer eso. No hace falta ser muy listo-. Pero comencé a tocar la batería y aquello me cambió la vida.
El momento epifánico de Mick- el punto en el que tocar la batería se convirtió en la ambición que conformaría su vida- llegó cuando siendo un chaval visitó a su hermana en Londres y fue a una actuación de un pianista. Observé y comencé a ver el principio de ese otro mundo; la atmósfera me absorbió. Me sentí cómodo y libre. Ese era mi sueño. De vuelta al colegio me aferré a esas imágenes para salir de aquel mundo en el que todo me indicaba que era un inútil según la norma.
Finalmente, al llegar a la adolescencia decidió que ya había tenido suficiente. -Un día salí del colegio y me senté en el suelo debajo de un árbol enorme. No soy una persona religiosa, pero con lágrimas en los ojos le dije a Dios que no quería seguir más tiempo en ese lugar. Quería vivir en Londres y tocar en un club de jazz. Era algo completamente ingenuo y ridículo, pero me hice la firme promesa de ser batería.
Los padres entendieron que la escuela no era el lugar adecuado para alguien con el tipo de inteligencia de Mick.
Lo que vino después fue una serie de oportunidades que lo llevaron a álbumes multiplatinos y de estadios con entradas agotadas.
Para Mick alejarse del colegio y de los exámenes, que solo juzgaban una variedad muy limitada de tipos de inteligencia, fue el camino hacia el éxito. -Mis padres vieron que sin duda la luz que iluminaba a esta pequeña y divertida criatura no eran los estudios-. Esto sucedió porque entendió de forma innata que tenía grandes aptitudes para algo que la nota de un examen nunca habría reflejado. Ocurrió porque eligió no aceptar que era inútil según la norma.
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