martes, 7 de enero de 2014

EL AMOR RESTABLECE EL FLUJO ENERGETICO



Cuando se te hace fácil experimentar amor por ti y lo puedes decir con la convicción de que realmente te amas, las cosas ya no son tan difíciles, en la pronunciación de cada te amo, te encontrarás con una energía poderosa que lleva cuatro componentes principales: aprobación, aceptación, perdón y gratitud.
Cuando apenas estás aprendiendo a amarte, a quererte porque nunca has sabido cómo hacerlo, las cosas pueden ser un poco diferentes porque entonces deberás pronunciar la frase te amo aunque no la sientas. Posteriormente podrás lograrlo. Se sintoniza con esta frase y con el amor mismo cuando escuchas que tu voz la pronuncia y cuando no te distraes por ningún otro pensamiento, cuando después del primer te amo surge el siguiente y el siguiente y te deslizas suavemente entre las letras hasta que logras desaparecer, hasta que dejas de ver o de sentir a la persona enferma o a la enfermedad misma y por fin recibes un atisbo de lo que es estar iluminada.
Una vez que desapareces, ya eres Uno, ya te encuentras en fusión total con la Inteligencia Divina o la Fuente de donde emana todo lo creado. Estás más allá del amor.
Cuando el amor está ausente, cuando a toda costa quieres cambiar este momento para que sea distinto o cuando no te amas, hay una resistencia hacia la vida, hacia tu vida; es como el agua estancada, algo que no dispone de la energía suficiente para vivir. Es así como se produce la interferencia, ruido o interrupción
de la energía en el cuerpo y posteriormente se experimenta un desagradable síntoma al cual sólo deseas eliminar.
El amor es un hermoso sentimiento que siempre ha estado ahí para que podamos nutrirnos de él, pero no ha sido fácil verlo o encontrarlo. Cuando se siente aceptación por la vida, la energía circula libremente en el cuerpo y es como si el agua que antes se había estancado encontrara un surco y comenzara a fluir otra vez.
Siempre tengo presente la hermosa canción de John Lennon que dice: Todo lo que necesitas es amor. Esto puede sonar algo novelesco o rosa pero para comprobarlo basta con decírselo a un amigo, a una planta, a un animal. Es más, es suficiente con que lo pronuncies mentalmente, con que lo digas para ti. Todo lo que necesitamos las personas es amor.
No siempre tenemos la capacidad de ser amorosas, de estar sonrientes o de pronunciar las mismas palabras liberadoras; hay momentos oscuros cargados de información cuyo propósito es emerger para poder limpiarse, para poder lavarse en las aguas del amor que solamente tú o yo podemos darles. Por eso a cada momento oscuro o difícil del día le decimos: Te amo. Te amo. Te amo.
¿Cuál es el medidor de que estás sanando? Con la inconfundible sensación de paz que te inunda, con esa agradable mezcla de gratitud, humildad, alegría, tranquilidad, confianza, o certeza que emerge de un lugar casi desconocido. Cuando sientas eso en ti, estás llena de amor, estás sanando, tu vida está cambiando.

“No te afanes por nada y tampoco luches desesperada; mira que las flores no lo hacen y se ven muy bellas. Ellas disfrutan el hecho de ser flores, así como tú disfrutas el hecho de ser hermosamente humana”

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