A mi Madre:
Está en mi
corazón todos los días.
Podría decir con total acierto que estábamos muy felices, que podíamos dar gracias de lo que
teníamos a todos los niveles. No sobraba pero tampoco faltaba. Digamos, que para esa
época, éramos una familia de clase media
con su casa, las dos niñas, la madre ama de casa; el padre con su trabajo, el
perro jajajjajjjajajja, parece que hablara de las típicas familias que salen en
las películas.
Las reuniones con todo
el clan familiar, por cierto fabulosas y muy divertidas, por lo menos para mí, todos los domingos por la tarde, en las
navidades y en los cumpleaños claro, eran un pacto o contrato
de corazón. En síntesis una gran familia bastante unida. Que recuerdos tan
bonitos tengo de esas épocas!. Conservo las imágenes clarísimas de las sonrisas
de cada uno de los integrantes de la familia que acudíamos a esas reuniones. El
olor del café batido con el azúcar, los jazmines y rosas de la casa de mi
abuela que te acompañaban por el camino de entrada a su casa. Era desde luego
el recibimiento más maravilloso que se puede tener. Un camino de flores
perfumadas. Yo creo que si alguien entraba con mala cara o mal humor, en casa de mi
abuela, al pasar por ese camino algo de
ese aroma y color se le impregnaba, lo envolvía cambiándole el humor sin darse ni cuenta.
Es muy curioso que
estos sean los recuerdos que tengo más presentes.
Imposible pasar sin detenerse un instante en oler y ver los
rosales y jazmines. Se detenía el tiempo. Inspiraba vida cada vez que sentía
ese olor, y lo más fabuloso es que aún conservo el recuerdo de ese aroma que me
provoca la misma emoción y sensación.
Cuan vivas se tienen
todas las cosas que se viven plenamente de pequeños.
Las decisiones y elecciones convirtieron a esta familia de
cuatro en una familia de tres.
Ahora mismo, como en otros tantos momentos, vuelvo a hacer
un repaso de esos años, lo que recuerdo claro, y ya no había tantas sonrisas,
ya no recuerdo tantas alegrías. Ojo si las había pero casualmente no las tengo tan presente como en
los años anteriores.
El ser tres cambió a mi Madre, así también a las hijas. Esto es así.
Desde ese momento
sentí, intuí, que mi madre inició un camino de devastación y desolación muy suyo, muy interno
que la alejó del ser protagonista, en este gran
escenario, que es vivir.
A veces son tantos
los conceptos y palabras mezcladas con emociones que tengo al mismo tiempo que
expresar una situación tan sentida de forma intuitiva con unas pocas frases es complicado.
Así fue entonces que en un proceso muy lento, silencioso y
solitario con el pasar de los años su tristeza
tan profunda sumado a la ausencia de ayuda, el desconocimiento de cómo
ayudar a alguien que no quería
seguir sufriendo, pero que no era consciente de ello y no sabía cómo expresarlo.
No le enseñaron a expresar las emociones
y menos aún a conocerlas. Ella con su dolor, con esa opresión en el
pecho, con esa tristeza tan profunda no supo qué hacer, más que dejarlas ser en
ella y permitirles así alimentarse de su
energía vital.
Ese dolor la inundó, recorrió cada rincón de su alma y
cuerpo, como una poción que entra muy lentamente y va mimando cada célula y órgano que toca. Poco a poco el
rojo se volvió negro. Lo peor de esto es que aquella invasión no era
externa. Ahora sé que él más dañino de
los venenos es el que crea nuestro corazón, nuestra mente. Ese es muy difícil
de combatir. Te comió la vida mamá.
Ese dolor tan grande,
esa confianza rota, ese compromiso quebrado te fue apresando y presionando el
corazón poco a poco.
Ella regalaba una gran cantidad de consejos, caricias, abrazos, amor y confianza infinita. Me
detengo en esta última, “Confianza”, cuanta depositaba en todos! y que bien nos hacía sentir eso! La “confianza”
su gran virtud y su desdicha.
Nos unimos, o por lo menos yo me sentí más unida a mí madre,
quizás por la situación de sentirnos
solas las tres mujeres, y aprendimos a resolver los conflictos internos y
externos a tal punto que aprendimos a arreglar enchufes, luces y todas las
pequeñas reparaciones que necesita una casa. Jajajjajajja. Entre ellos una
sorpresiva diabetes que comenzó a debilitarla físicamente. Más azúcar en la
sangre. Tu cuerpo, sabio, necesitaba endulzar
de alguna manera ese sabor tan amargo del sufrimiento. Ahora sé lo que
esto significa mamá.
Esto continuó con problemas cardíacos. Su corazón lloró lo
que sus ojos no fueron capaces de llorar y lo que su boca no supo expresar.
Era la mujer con más sensibilidad y entereza que yo conocía. Pero el temor agota y pudo
más.
Curiosamente hace dos días veo en una red social este
comentario sobre la relación de los órganos, las emociones y las enfermedades.
ÓRGANOS INTERNOS: Corazón
Tiene que ver con el amor, y el daño ocasionado al corazón siempre es por la
pérdida, cuando uno resquebraja la confianza de una persona en uno, y eso nos conduce al temor, más pérdidas y
también a la posesividad, a los celos, egoísmo, todo eso es el daño y el
corazón está roto.
Por eso expresar siempre las emociones, llorar, gritar,
patalear, bailar, cantar, reír, saltar, correr. Expresar!. Con el cuerpo, con
las palabras.
Amé, Amo y amaré a mi madre. Perfectamente madre.
Gracias!
Adriana
Paola Boldrini Camponovo
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