lunes, 24 de marzo de 2014

A mi amado Edu.

Cuán poca certeza se tiene de la realidad y de la  verdad.
Qué equivocados y ciegos vamos por la vida.
Hace unos días inició un nuevo amanecer uno de los seres más importantes  y con luz que tuve la fortuna de conocer, compartir y convivir.
Tan sorpresivo su nuevo amanecer como él mismo.
Como aquel día en el que desde mi ignorancia no comprendía porque decidía irse a vivir  a 800 km de  Buenos Aires, cerca de un cerro, a un pueblo del que nunca había escuchado hablar  y menos aún su nombre. Pero  el amor con  que él lo describía, la pasión que desprendía por aquella nueva aventura trasmitía  confianza, paz, seguridad y valor. Desde luego poco tardé en  ir y enamorarme del lugar y de la gente.  Allí se respiraba  aire de tierra sabia, de raíces prósperas y nutricias, de fuerza y tesón, de amor y gratitud a la tierra y a los seres que en ella y que  por ella viven.  Así  también me atrevo a describir a la gente de aquel pueblo. Imposible no amar ese lugar y a quienes lo habitan.
Cuantas risas, complicidad, aprendizaje y charlas muy largas que el nuevo día  nos sorprendía riendo y hasta a veces bailando. ¿Cómo olvidar todo eso?
Sigo enamorada de ese lugar porque el recuerdo que tengo es de felicidad y plenitud, que es el mismo recuerdo que tengo de ti.
Con todo mi amor.
                                              Feliz nuevo Amanecer Edu!

                                     Adriana Paola Boldrini Camponovo 

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