Cuán poca certeza se tiene de la realidad y de la verdad.
Qué equivocados y ciegos vamos por la vida.
Hace unos días inició un nuevo amanecer uno de los seres más
importantes y con luz que tuve la
fortuna de conocer, compartir y convivir.
Tan sorpresivo su nuevo amanecer como él mismo.
Como aquel día en el que desde mi ignorancia no comprendía
porque decidía irse a vivir a 800 km
de Buenos Aires, cerca de un cerro, a un
pueblo del que nunca había escuchado hablar y
menos aún su nombre. Pero el amor con que él lo describía, la pasión que desprendía
por aquella nueva aventura trasmitía confianza, paz, seguridad y valor. Desde luego
poco tardé en ir y enamorarme del lugar
y de la gente. Allí se respiraba aire de tierra sabia, de raíces prósperas y
nutricias, de fuerza y tesón, de amor y gratitud a la tierra y a los seres que
en ella y que por ella viven. Así
también me atrevo a describir a la gente de aquel pueblo. Imposible no
amar ese lugar y a quienes lo habitan.
Cuantas risas, complicidad, aprendizaje y charlas muy largas
que el nuevo día nos sorprendía riendo y
hasta a veces bailando. ¿Cómo olvidar todo eso?
Sigo enamorada de ese lugar porque el recuerdo que tengo es
de felicidad y plenitud, que es el mismo recuerdo que tengo de ti.
Con todo mi amor.
Feliz nuevo Amanecer Edu!
Adriana Paola Boldrini Camponovo
No hay comentarios:
Publicar un comentario