martes, 26 de agosto de 2014

El escape engendra conflicto


¿Por qué somos ambiciosos? ¿Por qué ansiamos tener éxito, ser alguien? ¿Por qué nos empeñamos en ser superiores? ¿Por qué este esfuerzo por imponernos, ya sea mediante una ideología o el Estado? ¿Acaso este autoritarismo no es la causa principal de nuestro conflicto y nuestra confusión? Sin ambiciones, ¿sucumbiríamos? ¿No podemos sobrevivir físicamente sin ser ambiciosos?
¿Por qué somos listos y ambiciosos? ¿No es la ambición un impulso de eludir lo que es? Este afán de ser listos, ¿no es realmente estúpido? ¿Por qué tememos a lo que es? ¿De qué sirve escapar, si lo que fuere que seamos esta siempre ahí? Podemos tener éxito en escapar, pero lo que somos sigue ahí, engendrando conflicto y desdicha. ¿Por qué nos atemoriza tanto nuestra soledad, nuestra vacuidad? Cualquier actividad que nos aleje de lo que es debe originar por fuerza dolor y antagonismo. El conflicto consiste en negar lo que es o en escapar de lo que es, no hay otro conflicto que ése. Nuestro conflicto se vuelve más y más complejo e insoluble porque no afrontamos lo que es. La complejidad no está en lo que es, sino únicamente en los múltiples escapes que buscamos.
                                                           Krishnamurti

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