Es una emoción secundaria negativa que implica una actitud social de resentimiento que conlleva
respuestas verbales o motoras implícitas. Es un sentimiento mantenido en el tiempo, en el que
concurren el resentimiento, la indignación, la acritud y la animosidad. Los desencadenantes de la
hostilidad son la violencia física y el sufrir hostilidad indirecta. La hostilidad se desencadena cuando
percibimos o atribuimos en otras personas, hacia nosotros o hacia personas queridas de nuestro
entorno, actitudes de irritabilidad, de negativismo, de resentimiento, de recelo o de sospecha. Los
efectos subjetivos de la hostilidad implican usualmente sensaciones airadas. El componente afectivo
incluye varios estados emocionales como el enojo, el resentimiento, el disgusto o el desprecio. Los
efectos fisiológicos son básicamente similares a los de la ira, pero más moderados en intensidad y,
en cambio, más mantenidos en el tiempo.
EDUCAR LAS EMOCIONES. Mireya Vivas / Domingo Gallego / Belkis González
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