«En el relato histórico sobre el nacimiento de Jesús se explica que este nacimiento tuvo lugar en las condiciones más primitivas, de hecho, tuvo lugar en un establo donde el recién nacido fue puesto en un pesebre. En medio del hedor de los excrementos y de los males olores que emanaban de los animales y, en mayor o menor grado, rodeado de oscuridad, suciedad y polvo nació la mentalidad más perfecta del mundo. ¿No es este nacimiento un símbolo genial del “nacimiento cósmico” del hombre terreno?»
Martinus, El evangelio de Navidad, cap. 5