miércoles, 26 de noviembre de 2014

La compasión es del presente activo


El pensamiento no puede, por ningún medio, cultivar la compasión. No uso la palabra compasión para indicar lo opuesto, la antítesis del odio o la violencia. Pero, a menos que cada uno de nosotros tenga un sentido profundo de compasión, nos volveremos más y más brutales, inhumanos el uno para el otro. Tendremos mentes mecánicas, mentes como computadoras, adiestradas tan sólo para cumplir determinadas funciones; continuaremos buscando seguridad, tanto física como psicológica, y desperdiciaremos la extraordinaria profundidad y belleza, el significado íntegro de la vida.
No entiendo por compasión una cosa que pueda adquirirse. La compasión no es la palabra -ésta es meramente del pasado-, sino que es algo del presente activo; es la acción y no la palabra, el nombre, el sustantivo. Hay una diferencia entre la acción y la palabra. La acción es del presente, mientras que la palabra es siempre del pasado y, por lo tanto, es estática. Uno puede atribuir vitalidad o movimiento al nombre, a la palabra, pero no es lo mismo que la acción, la cual es siempre del presente [...].
La compasión no es sentimentalismo; no es esta vaga simpatía o empatía. La compasión no es algo que uno pueda cultivar por medio del pensamiento, de la disciplina, del control, de la represión, ni siendo uno amable, cortés, gentil y demás. La compasión adviene sólo cuando el pensamiento ha llegado a su fin hasta la raíz misma.
                                                                                    Krishnamurti

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